En primer lugar, respecto al empleo, la Unión Europea siempre ha contado con países muy potentes como Alemania, Gran Bretaña o Luxemburgo para iniciar o continuar las carreras profesionales de sus integrantes. Ofertando puestos de trabajo innumerables para todos aquellos que estuviesen buscando una oportunidad fuera de su país por cualquier circunstancia. Ahora bien, debido a la pandemia mundial originada por el COVID-19, muchos de estos países han adoptado una postura más conservadora a la hora de ofertar empleo, de modo que han priorizado casi un 80% el empleo local que el empleo inmigrante, cerrando muchas puertas de cara a trabajar en otro país.
Sin embargo, una vez recuperados tras la emergencia sanitaria, muchos de los países del norte de Europa han manifestado su necesidad de mano de obra tanto nacional como extranjera gracias a las políticas económicas con respecto al empleo de dichos países, que emiten empleos más allá de la mano de obra disponible dentro de su territorio.
Además, como recopilación de datos a nivel nacional, el Portal de Empleo Jobatus ha realizado una encuesta voluntaria en su web donde refleja que el 76% de los solicitantes de empleo han postulado mínimo 1 vez a ofertas de empresas residentes en los países Nórdicos manifestando el deseo de ser seleccionados para optar a la ayuda de fondos europeos que poseen dichos países para extranjeros e inmigrantes y poder así disfrutar del estado de bienestar que facilitan.