GUADALAJARA, 27

La Dirección de la Guardia Civil no tomará medidas contra los dos agentes del cuerpo que están siendo investigados por la justicia tras detener de forma errónea al empleado de un bar en Molina de Aragón (Guadalajara) creyendo que era un ladrón hasta que no haya una sentencia firme.

Así lo han confirmado a fuentes de la Benemérita, que han explicado que a los agentes se les abrió una investigación interna y un expediente disciplinario tras los hechos, que ahora está paralizado a la espera del fallo judicial.

Esto implica que los dos guardias civiles siguen prestando servicio, y que hasta que no se celebre el juicio y haya sentencia, el cuerpo no determinará la responsabilidad disciplinaria que les corresponde y aplica.

Según publica la Ser, y recoge , los hechos ocurrieron a finales de mayo en un restaurante de la localidad guadalajareña de Molina de Aragón, cuando unos vecinos alertaron a la Guardia Civil de un posible robo en el establecimiento.

Dentro se encontraba un trabajador del mismo, que abrió la puerta a los agentes y estos, pensando que era un ladrón, le redujeron de forma violenta, alegando que el joven prestó agresiva resistencia.

En un principio, relata la Ser, el Juzgado de Instrucción número 1 de Molina de Aragón (Guadalajara) citó «en calidad de testigos» a dos agentes a raíz de la denuncia que han presentado contra ellos por un posible delito de lesiones y otro de falso testimonio. En concreto, por agredir a una persona durante su arresto y falsear, supuestamente, el atestado policial de la detención.

Pero al ver la grabación de la cámara de seguridad del local, el magistrado ha cambiado de opinión y les ha citado de nuevo, pero en esta vez, en calidad de investigados.