El alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo, ha anunciado la presentación, en los próximos meses, de las líneas maestras en la que ya trabaja el Ayuntamiento para la planificación de nuevo suelo industrial al otro lado de la A-2 y residencial al otro lado de la Ronda Norte, un reto que tiene que afrontar la capital si quiere apostar por un mayor crecimiento.

Lo ha hecho en el encuentro ‘En Clave’ organizado por Nueva Alcarria para analizar los retos y oportunidades de la ciudad en el siglo XXI, en el que el alcalde ha resaltado la importancia de afrontar este objetivo «para llenar los huecos y proyectar a la vez nuevos desarrollos», ha señalado de forma coloquial, y en el que ha asegurado que no va a peatonalizar el centro aunque si se creará una zona de bajas emisiones, anunciando, además, 20 millones de euros en cinco años para asfaltar calles y arreglar aceras.

«Más suelo industrial en el entorno de los polígonos y también al otro lado de la A-2, y más suelo residencial al otro lado de la Ronda Norte», ha reiterado el regidor, convencido de que Guadalajara debe ser una ciudad ambiciosa.

Así, Rojo se ha referido a la puesta en marcha de planes para modernizar y mejorar los polígonos históricos de la ciudad de Guadalajara de El Balconcillo y El Henares, cuyas empresas han supuesto para el Ayuntamiento solo en 2023 unos 8 millones de euros solo en concepto de ICIO en un momento en el que se prevé la creación de unos 3000 nuevos puestos de trabajo en el horizonte de dos años.

«Este talento que llevamos décadas exportando, lo queremos aquí y atraer profesionales vinculados con la industria del conocimiento», ha señalado, poniendo como ejemplo localidades como Albuquerque, donde hay un pequeño grupo de personas trabajando para Google, algo que puede ser perfectamente asumible en Guadalajara.

Por otro lado, el alcalde también ha anunciado para los próximos cinco años un gran plan de inversión en el conjunto de los barrios de la ciudad que ha de pasar por el asfaltado de las calles, mejora de aceras y de los espacios públicos, con una inversión en la ciudad de más de 20 millones de euros.

«No estamos peatonalizando el casco histórico; se está creando una zona de emisiones que empezará a funcionar en enero de 2024 como fecha inicialmente prevista», ha señalado en un este encuentro en clave de anuncios en el que ha insistido en que el peatón tendrá el protagonismo absoluto en una zona que se convertirá en un espacio de circulación de baja velocidad, y en la que desaparecerán los bolardos «porque vamos a quitarlos todos», ha dicho.

Así, según ha precisado, los residentes, comerciantes, o las personas que acudan al centro de salud tendrán garantizado siempre el acceso, pero el resto de la ciudadanía tendrá que asumir algunos condicionantes porque toda la zona centro se convertirá en zona de coexistencia con circulación a baja velocidad y limitada, ha reiterado.

«Son proyectos reales, actuaciones que forman parte de un gran plan de recuperación y dinamización del casco histórico», ha concluido.