La Delegación en Castilla-La Mancha de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha detectado un incremento de consultas sobre ventas a domicilio –conocidos como «a puerta fría»– en hogares de personas de avanzada edad, donde se presentan uno o varios comerciales con la excusa de mostrar las bondades de todo tipo de productos y servicios, como una colección de libros, colchones, baterías de cocina, aparatos terapéuticos, así como falsas revisiones del gas o cambios de suministros.

Una visita que termina traduciéndose en la venta de estos productos ligada a créditos rápidos que camuflan los costes reales bajo sistemas de cuotas mensuales, han alertado en nota de prensa desde esta organización.

Según explican, todo empieza con una invitación por correo para escuchar una «charla» sobre un tema cualquiera, indicando que, con la sola asistencia, los participantes recibirán un regalo, que puede consistir en una botella de aceite, vino o alguna pieza de menaje para el hogar.

El objetivo real es que rellenen un cuestionario donde facilitan su edad, domicilio o profesión. Valiéndose de estos datos, eligen a sus posibles «víctimas», visitando posteriormente sus viviendas.

Los comerciales utilizan un marketing «tan agresivo» que los destinatarios se sienten coaccionados y firman un contrato del que desconocen totalmente su contenido y las obligaciones que con el mismo están contrayendo.

Con la firma, aceptan el pago desorbitado a plazos de estos productos o una suscripción a libros o revistas que ni les interesa ni han solicitado.

Pese a que desde 2018 la normativa impide estas visitas de comercializadoras de gas y electricidad salvo que se haya solicitado expresamente la visita por el consumidor, es habitual que continúen visitas comerciales en los hogares de este y otros productos o servicios en las que concurren prácticas contrarias a la normativa y desleales, han alertado.

Al no ser la actuación denunciada un caso aislado, desde la OCU solicitan a las autoridades de consumo que extiendan dicha prohibición a cualquier venta en el domicilio y que sea obligatorio que conste una petición expresa previa del consumidor solicitando la misma, así como controles e inspección por parte de estas.

Estas ventas se caracterizan por la rápida entrega del producto, normalmente el mismo día, a partir del cual comienza a correr el plazo de 14 días establecido para el ejercicio del derecho de desistimiento.

Muchos afectados, tras comprobar la inutilidad del producto, suelen tratar de cancelar el pedido por teléfono, recibiendo largas por los comerciales hasta agotar el citado período de desistimiento sin dejar constancia escrita y fehaciente del mismo.

Una vez transcurrido el plazo, la empresa se niega a la resolución del contrato, a la vez que la financiera del préstamo vinculado mantiene su validez en tanto que la vendedora no lo anule, cosa que nunca pasa.