¿Quién obtiene la custodia de la mascota en un divorcio?
La custodia de la mascota después de un divorcio es complicada, pero hay que tener en cuenta la nueva ley sobre los derechos de los animales.
En primer lugar, tener una mascota durante una relación es algo maravilloso y muy beneficioso siempre y cuando la pareja no se rompa. Puesto que es muy difícil discernir de quién es realmente el animal. Así pues, esto se debe a que en todas las casas la mascota es de alguien concreto, aunque sea de toda la familia. Es decir, si tu marido fue el que quería esta mascota y se encargó de todo para traerle a casa e incluso está a su nombre. Por tanto, lo más habitual es que todo el mundo sepa que esa mascota es más de él. Aunque sea de todos, porque todos la queréis y la cuidáis.
Así pues, en el caso de que en el matrimonio haya niños, suele ser más fácil decidir, puesto que, casi siempre, la mascota irá donde vayan ellos. Ya que suelen ser los que crean un lazo mayor con ellas. No obstante, cuando no hay niños de por medio y hay un divorcio, el tema de al custodia es mucho más complicado. De hecho, ha habido casos conocidos en la televisión que decían que no se separaban de su pareja porque no querían dejar de ver a la mascota. Puesto que el dueño era la otra persona. Por tanto, es un tema peliagudo y, por ello, hemos querido acercarnos a la nueva Ley sobre los derechos de los animales. Puesto que esta también tiene algo que decir sobre la custodia de las mascotas después de un divorcio.
¿Quién se queda con la custodia en caso de divorcio o separación?
Por otro lado, en los últimos meses los derechos de los animales han cambiado bastante, ya que pasaron de ser bienes muebles a seres que sienten para acabar denominándose como seres vivos dotados de sensibilidad. Así pues, esto supuso que pasaron a formar parte del núcleo más, siendo uno más en la familia. Por ello, en esta ley también se regula todas las relaciones de convivencia entre los animales y sus dueños. Es decir, en casos como el que nos compete en este artículo.
Por tanto, en caso de que haya una separación, divorcio o nulidad matrimonial y los implicados no lleguen a un acuerdo, será un juez el que decida. Es decir, al igual que ocurre con la custodia de los hijos, si no hay acuerdo, será la justicia quien determine la custodia. Sin embargo, no solo determinará la custodia de la mascota, sino también si compartirán la custodia o no y cómo se repartirán los gastos asociados al cuidado y manutención de la mascota.
¿Qué tienen en cuenta para determinar la custodia del animal?
En primer lugar y como es lógico, la justicia tendrá en cuenta o basarán su decisión considerando qué es lo mejor para el bienestar de la mascota. Es decir, aunque conste solo uno de los dos como propietario, si los jueces determinan que el animal estará mejor con uno de ellos, a este le darán su custodia.
Así pues, el juez que lleve el caso podrá pedir toda la documentación que considere oportuna. Por ello, en otros casos ha pedido informes de etólogos y adiestradores caninos para conocer la situación real de la mascota respecto de sus dueños.
Por tanto, si no se llega a un acuerdo, el juez decidirá:
La custodia, es decir, si el animal se queda con uno o ambos cónyuges.
Cómo se van a repartir los gastos del cuidado del animal (sea quien sea el que obtenga la custodia).
Cómo se gestionará el régimen de visitas.
Además, toda esta información deberá especificarse en el registro de identificación de animales de compañía. Asimismo, como consejo, si las partes no llegan a un acuerdo, antes de llevarlo ante la justicia, lo mejor es utilizar los servicios de mediación para que sea más sencillo.
Finalmente, he de señalar que esto solo se aplica a los casos en los que la pareja está casada. Es decir, la ley aun no contempla a las parejas de hecho. Por lo que, en estos casos, lo mejor es realizar un contrato de copropiedad del animal. De esta forma, quedará claro que la mascota es de ambos.
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