El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha negado este lunes la posibilidad de convocar elecciones anticipadas y ha asegurado que actualmente es necesario sacar adelante varias políticas que quedan pendientes.

«Ahora que tratamos de sacar nuevas medidas adelante no estoy pensando en disolver el Parlamento y convocar elecciones generales», ha aseverado Kishida en una rueda de prensa, según informaciones recogidas por la agencia de noticias Kiodo.

Así ha respondido a informaciones previas sobre la posibilidad de que tenga previsto convocar los comicios después de la reunión de ministros del G7 en Hiroshima debido a un aumento de la aprobación y la popularidad.

Kishida ha aprovechado la ocasión para prometer que «seguirá ejerciendo su papel al frente del Ejecutivo con la voz de la opinión pública en su cabeza». Los principales desafíos a los que se enfrenta incluyen un descenso de la tasa de natalidad, lo que amenaza la sostenibilidad y economía del país. La cifra de recién nacidos en Japón a lo largo del año pasado cayó a 800.000 por primera vez desde 1899, según datos oficiales.

La Constitución de Japón establece que el primer ministro tiene la última palabra a la hora de disolver el Parlamento para celebrar elecciones anticipadas. El mandato actual termina en octubre de 2025, mientras que Kishida asumió el cargo en 2021.